Despúes del ajetreo de las fiestas de Diciembre y la epoca de Reyes de la semana pasada empieza a volver mi ritmo de vida a la "normalidad", entre la migración de información dentro de mi trabajo, nuevas implementaciones, etc, apenas me da tiempo de darme un momento para mí.
Justo al escribir este post me vienen a la mente recuerdos de cuando llegamos a una pequeña casa de apenas 2 habitaciones (cocina y recamara), en esa epoca eramos mis padre, yo y mis 2 hermanos pequeños. Llegamos con apenas una tv blanco/negro, una cama matrimonial y poco más.
Ahí aprendí lo que cuesta darte el gusto de tener el trompo de moda, la mochila nueva al inicio de cada año escolar, cosas que pude comprar a base de hacer mandados a vecinos, siendo "chalan" de un albañil, etc.
Hoy en día esa casa la hemos dejado, mis padres viven en un lugar mejor, ya no estan todos en la misma cama ni en la misma habitación, para muchos quizá viviamos en la pobreza, pero yo lo veo como una bendición, yo viví y disfruté de una niñez feliz, alegre, conciente de las cosas que hacian falta en casa, ayudando a mis padres, estudiando y trabajando, todos unidos para sacar adelante a nuestra familia.
Al día de hoy, no dejo de agradecer por tantas vivencias en esa casa pequeña de 2 piezas; gracias a esa casa tuve los contactos de personas que me ayudaron a obtener el tratamiento y posterior cirugía del tumor que tenia en la cabeza. Me hicieron vivir nuevamente y es algo que jamas podre pagar.
Todo porque hace mas de 20 años llegamos a esa casa pequeña, a esos 2 cuartos.
Ahora me toca enseñarles a mis hijos el valor real de las cosas, que lo realmente importante no es lo material sino el luchar juntos como familia, ayudandonos unos a otros, ahí es donde se encuentra la verdadera felicidad.
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